CARIÑO, "HAGAMOS UN TRATO"

Las negociaciones forman parte del día a día. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos pactamos necesidades y deseos de todo tipo: emocionales, afectivos, sexuales... no sólo con los que nos rodean sino también con nosotras mismas”, explica la psicóloga Vanesa Fernández del centro CETAES de Madrid.
Según esta psicoterapeuta, para llegar a un acuerdo en pareja es imprescindible “tener en cuenta el punto de vista del otro y buscar diferentes alternativas. Además, se debe valorar las ventajas y los inconvenientes de las propuestas y, sobre todo, aprender que para ganar hay que ceder”.

Sin embargo, no siempre se llega a un acuerdo. “Cuando la pareja no lo consigue es importante que tengan en cuenta que sigue existiendo un problema sin resolver y que sus consecuencias les pueden empezar a afectar. También deben hablar del malestar que sienten por no haber alcanzado un acuerdo y expresar su postura, pero respetando la del otro. No hay que sacar el tema todos los días ni, por supuesto, poner malas caras porque con ellas lo que se pretende es coaccionar al otro”.

A pesar de todo, y contrariamente a lo que se podría creer, según la analista Clara Coria, autora del libro “Las negociaciones nuestras de cada día” (Ed. Paidós), a las mujeres nos sigue resultando más difícil resolver estas situaciones cotidianas “sobre todo, porque todavía tenemos muchos prejuicios socioculturales sobre la negociación. Un gran número de féminas creen que esta actividad es cosa de hombres, algo indigno entre personas que se quieren. Suelen sostener que es un mecanismo del ámbito público y que emplearlo en el ámbito privado puede empañar las relaciones afectivas”.

Y si negociar nos resulta complicado, el tema se vuelve aún más espinoso cuando los problemas aparecen en la cama. “La principal consecuencia que suele ocasionar que un miembro de la pareja no se sienta satisfecho sexualmente es un distanciamiento entre ambos, ya que, al vivir el acto sexual como una situación incómoda y difícil, intentarán evitarla siempre que sea posible. Por ello, es tan importante que ambos aborden el tema cuanto antes”, explica el sexólogo Pablo Fernández, del centro Psytel de Madrid.

La clave, de nuevo, está en abandonar los reproches y hablar con sinceridad y tacto: “Para lograr una vida sexual plena, ambos deben llegar a un pacto sobre sus preferencias sexuales, el número de veces que mantienen relaciones y sobre cómo deberían ser sus citas sexuales”. Y es que pactar a tiempo puede salvar una relación.