Podríamos decir que en cierto sentido nuestra excitación sexual es más primitiva que la de las mujeres. Para la mayoría de los casos, a nosotros nos basta ver una hermosa chica desnuda y provocándonos. En el caso de ellas, es distinto: se requiere un proceso de seducción anterior y crear anticipación, y al contrario de nosotros, no gustan -siempre hablando en general- de realizar el coito lo más rápido posible. Ello requiere tiempo, y es inevitable. Pero si presionas las teclas correctas, puedes minimizar tu tiempo de espera y a la vez convertirte en su ídolo.
16. Refréscala
“El frío es sentido por más terminaciones nerviosas que las que estimularían un simple toque, así que estás expandiendo su rango de respuesta” dice Philip Hodson, terapista sexual. Haz esto: enfría un racimo de uvas por al menos 20 minutos. Luego coge una ramita y paséala a lo largo de su cuello, pezones y muslos internos. Nada de mordiscos. Después ponte una uva en la boca y presiona suavemente contra su clítoris sosteniéndola entre tus dientes o entre tus labios.
17. Todo limpio en la tina
Toma nota de esto, porque será una lección magistral en el difícil arte del sexo en el baño. Comienza echando una cantidad generosa de gel para el baño, aconseja Anne Hooper, autora de Ultimate Sex Guide. Llena la tina con al menos unos 12 cm de agua caliente y luego vacía más gel (que haga espuma) en los vientres, pechos y piernas de ambos. Haz que ella se eche encima tuyo y use su cuerpo como escobilla.
18. No hay tina, sólo ducha
No hay problema. ¿Has visto esos envases para limpiar vidrios que tienen un rociador? bueno. Coloca allí un poco de gel de baño y mézclalo con agua. Cuando estén en la ducha, rocíala y luego frótala. Ella sentirá tres tipos distintos de estimulación -la caída continua de agua de la ducha, el suave rocío del agua jabonosa y las caricias de tus manos. Ése es el tipo de trío que la calienta.
19. Sujétala suavemente
El “esclavismo” ligero es llamativo por una razón: mantiene la atención y anticipación del que está recibiendo el placer. Lo cierto es que al ver esposas, cuero y corbatas cualquiera podría asustarse, así que intenta esto: mientras están rodando en la cama, envuélvela con las sábanas de modo que no pueda hacer nada con los brazos (algo así como una camisa de fuerza). Deja su cabeza, hombros y piernas descubiertas. Luego besa cada zona de piel a la vista. Es simple, espontáneo y no espanta a nadie.
20. Véndate
(No “véndete”). Varias mujeres que se sienten inseguras sobre su propio cuerpo prefieren la posición del misionero porque así no puedes ver su cuerpo. Si de verdad no puedes verla porque tus ojos están cubiertos, ella hará mucho más contigo, para ti y por ti.
21. Pide permiso
Antes que entres en ella, pregunta si está bien. “Algunas mujeres lo encuentran increíblemente atractivo” dice Barnaby Barratt, presidente del American Association of Sex Educators, Counselors, and Therapists. “Les da una sensación de ser respetadas. Les da la seguridad para relajarse más sexualmente”. Y cuando estés entrando en ella por primera vez, besa sus labios o acaricia su cara. “Estimúlala además de penetrarla” dice De Villers.
22. Practica la reentrada
Después de entrar en ella por primera vez, hazlo de nuevo y lentamente. Repítelo una y otra vez. “Uno de los más grandes estimulantes es la anticipación” dice De Villers. “No empujes fuertemente todo el tiempo; cuando lo haces suavemente, ella esperará el fuerte movimiento que viene”.
23. Hazlo en público
O al menos preténdelo. El exhibicionismo es un excitante secreto para muchas mujeres, pero la amenaza del arresto y la vergüenza las contiene. Ten entonces sexo de pie, cerca a la ventana del cuarto. Es fácil escabullirse si pasa algo, y si ella está semivestida, ninguno de los vecinos lo notará.
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