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martes, 24 de marzo de 2009

DIETA PARA MARCAR MÚSCULOS



Si piensas que la única forma de conseguir unos abdominales bien definidos es sufrir a diario la tortura del gimnasio, estás muy equivocado. Sigue nuestra dieta durante un mes:


Tu rutina te sirve para ganar fuerza abdominal, de acuerdo, pero sin una alimentación especialmente indicada para reducir esa grasa que se te adhiere al abdomen, nunca harás tabla rasa. El experto en rendimiento deportivo Javier Marcos recuerda que los abdominales son unos músculos bastante pequeños y que no con sólo ejercitarlos basta para lograr un resultado óptimo. “Es indispensable también una dieta lo más ajustada posible, comenta.

Una dieta de 4 semanas que tiene en cuenta cambios específicos y progresivos en todos los grupos de alimentos (carbohidratos, proteínas y grasas). Para entendernos: una alimentación inteligente cuyos efectos se te van a notar en la desaparición de ese incipiente flotador abdominal que esconde tu six-pack.

Semana 1

Aunque te libres del esfuerzo físico, conseguir el aspecto que quieres, requiere fuerza de voluntad. Durante esta primera semana examina tus hábitos alimentarios. Se trata de encontrar los fallos y eliminarlos, pero también de crearte nuevas costumbres.


Gánate el pan. Sólo dos rebanadas.

Y mucho mejor si son integrales, porque su fibra compensa la gran cantidad de carbohidratos simples que tomas (que se transforman con mucha rapidez en calorías y después en grasa). Recuerda: el pan es uno de los alimentos que proporciona más energía de corta duración.

Acude a la barra. En pequeñas dosis.

La dietista Rosa Mercero es partidaria de tomar proteínas en dosis pequeñas y repartidas (5 o 6 veces) durante el día. Además de pescado, carne y huevos, empieza a comer nueces o incluso una barrita entre horas. Al comer cada pocas horas, proporcionarás a tu organismo la energía que necesita y, de paso, reducirás la cantidad de grasa.

Olvídate de los pasteles.

Estamos programados para desear un trozo de pastel u otro alimento que contenga grasas. Como vas a reducir el aporte calórico en esa primera semana, seguro que notarás la llamada de las grasas en forma de punzada en el estómago. No se trata de castigarte, sino de analizar qué puedes hacer cuando suceda. Las grasas insaturadas son una buena opción para que el estómago no te de la lata en unas cuantas horas. Opta por una ración de requesón o queso fresco de otro tipo, de sardinas o de nueces.

Bebe agua y reduce el alcohol.

Tampoco en este apartado hay que ser excesivamente drásticos: casi mejor ser realista.Eso sí, si tomas un combinado, que sea con un refresco light. Pero nunca te vayas de bares con sed. En tal caso, bébete primero un buen vaso de agua.

Los carbohidratos, a la misma hora.

Puede que te suene extraño, pero hacerlo así (ya sea antes de la comida de mediodía, o antes de hacer ejercicio) es la mejor opción para quemarlos con rapidez. Cuanto más tarde los comas, menos tiempo tendrás de quemarlos.

Semana 2

Es el momento de lograr un equilibrio nutritivo una vez introducidos los nuevos hábitos.

Una papa caliente mejor si es asada.

Aunque las papas fritas (y también las congeladas) contienen carbohidratos, a estas alturas ya debes tener claro que es mejor que las cocines de otro modo. El experto en nutrición Luis del Rosal advierte que, si se toman asadas al horno, hervidas o al vapor, su aporte vitamínico es mucho mayor y, por supuesto, el calórico, más bajo.

Controla la ingesta de proteinas.

Las proteínas te ayudarán, más que ningún otro grupo de alimentos a que se te marquen los abdominales; pero recuerda tomarlas de la mejor calidad posible y sin grasa (pescado azul, pechugas de pollo, filetes de solomillo, etc).

Despídete de las grasas.

Imagina una cucharada de aceite de oliva. Pues esa es la cantidad máxima de grasa que puedes tomar al día.

Consigue la máxima liquidez con un batido por la mañana

“Sustituye el cruasán por un batido de proteínas, aunque sin olvidarte de tomar una ración de lácteos y una pieza de fruta‿, aconseja Mercero. Si además consigues acabar con la costumbre de picar algo a media mañana (o a media tarde), tanto mejor.

Verduras de día.

Nos han inculcado que es conveniente cenar verdura por ser más ligera. Pero dar buena cuenta de ella durante el día es igual de sano. Toma dos puñados de verdura en cada una de las comidas principales. Así mantendrás en forma tu sistema inmunitario y conseguirás los minerales y vitaminas necesarios para metabolizar la grasa.

Semana 3

Es el momento de hacer un exhaustivo trabajo de selección y desechar buena parte de las calorías, grasas y azúcares de todas tus comidas.

Verduras al vapor.

Básicamente, intenta sustituir las raciones de arroz y pasta por verduras al vapor (las verduras llevan muchos más nutrientes) y reducir el consumo de azúcar.

Adiós a los fritos.

Ahora, sí. Recuerda que un alimento frito tiene el doble de calorías que cocinado de otro modo y, peor aún: reduce sus proteínas y cuesta más de digerir. Solución: carnes a la plancha y poco hechas.

Sin mantequilla.

Aunque puedas tomarte un pan tostado untado de forma excepcional, tienes que desterrarla de tu menú. “Las grasas transformadas que contienen las margarinas son perjudiciales para tu organismo, recuerda Mercero. Si te mueres por untar con algo el pan, hazlo con mermelada baja en calorías.

Lava tu estómago por dentro con agua.

En esta fase de la dieta, el agua es imprescindible para ayudar a tu cuerpo a metabolizar las grasas. Un hombre necesita beber dos litros de agua al día. Aunque al principio puede que te cueste un poco, te acabarás acostumbrando rápido.

La hora del té.

Por sus propiedades diuréticas, el té verde por la mañana ayuda a perder grasa. Además, también te activará el metabolismo. Sus antioxidantes te protegen mejor que el café.

Semana 4

Ya sólo queda quemar el último cartucho, consolidar los cambios que has aprendido a introducir en tu dieta y acabar con los últimos reductos de grasa de la cintura. Y todo ello siguiendo unas pautas que evitaran que pases hambre.

Controla tus líquidos. Menos jugos.
Está claro que los de fruta recién exprimida llevan vitaminas del todo necesarias, pero también una gran cantidad de calorías y azúcares que no te ayudarán en esta recta final para poder lucir abdominales. Cámbialos por agua o limítalos todo lo que puedas. Si aun así no puedes, elige uno de toronja: tiene pocas calorías y mucho potasio.

Busca alternativas a la carne.

No te limites a comer carne, aunque necesites 1,5 g de proteínas por cada kilo de peso corporal. Las encontrarás en alimentos tan variados como las legumbres (chicharos, lentejas, garbanzos), los huevos o la soya.

Descubre el mejor quemagrasas. Recurre a las especias.

Algunas como la pimienta de cayena queman las grasas de ciertos alimentos. Prueba esta opción aderezando, por ejemplo, determinadas carnes o los pescados más grasos. La mayoría de las especias estimulan los procesos digestivos y evitan las flatulencias, pero ándate con cuidado porque también irritan la mucosa gástrica.

El café mejor solo.

Lo que te ahorras si no te tomas tu cortado matutino no es mucho (aproximadamente unas 30 calorías), pero en esta fase de perfeccionamiento de tu dieta todo ayuda. Para desayunar, un café solo.

1 comentario:

  1. Para aquellos que les interese más información sobre los carbohidratos, estamos recopilando información y confeccionando una web:

    http://www.alimentos-carbohidratos.com

    Buen post, seguiremos tus avances.
    Un saludo
    Marisa

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